El sacerdote diocesano Esteban Vera, vuelve a compartir con nosotros lo vivido esta tarde en S. Pedro.
La tarde de este miércoles podría resumirla diciendo...Bajar a San Pedro sin esperanza de que pase nada y subir con la alegría del Evangelio fresco.
Segundos de incertidumbre, y un grupo de jóvenes americanos gritando detrás de mi. ES BLANCA! ES BLANCA! Muchas dudas en lo que serían unos segundos, hasta que las campanas de san Pedro nos sacan de todas las dudas.
Tenemos Papa. ¿Quién? Es lo que empezamos a preguntarnos, mientras nos acercamos al centro de la plaza, justo delante del obelisco.
Nos hemos llevado una gran sorpresa, no sabíamos quien era este Jorge, que se llamaría Francisco. Pero el nombre nos habla de la frescura del Evangelio, nos hace recordar al Santo de Asís. Mis compañeros italianos contentos, como los que están junto a nosotros.
Y al salir, solo gritan "Francesco! Francesco!" Entre los comentarios dicen que se les parece a Juan XXIII o a Juan Pablo I. En definitiva, a mi me ha dado un impulso de confianza.
El momento de silencio que nos ha pedido hacer el Santo Padre ha sido increíble, no se oía nada en Roma y los que la conocen saben que es difícil: ni un coche, ni una sirena...nada...la Iglesia en oración por su pastor.
Un señor italiano decía al lado nuestro: Francisco, en su nombre nos ha dicho todo lo que será su pontificado.
Ya de regreso al Colegio Español pienso que Dios nos ha dado al Pastor que necesitamos, un cordero en medio de lobos, pero un santo en medio de un pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario