“BENE “bien”; DICTO “dicho; llamado, mencionado”; de ahí que el Nombre Benedicto, proviene del latín, significa ‘Bendito por Dios’. Según varias numerologías: Necesita informarse, sopesar el pro, y el contra de las cosas antes de decidirse. Lo importante para él, es la vida interior, la reflexión, la búsqueda e incluso la fe. Entiendo que con lo escrito hasta el momento, ya bastaría para comprender lo que ha sucedido. Entrar a analizar los tratados teológicos, periodísticos… que se han escrito y hablado no me parece necesario.
Quizás, peque de sincero, pero francamente, sé que la trascendencia de lo anunciado por su ‘Santidad’ ya es conocido, incluso, por los Tutsis, uno de los últimos pueblos en enterarse del ‘11.S’. Los motivos de su renuncia al cargo demuestran -una vez más- que a ‘El Papa’ se le conocía muy poco. Era de esperar por quienes hemos seguido su trayectoria, que Benedicto XVI que tomó decisiones importantísimas para la ‘Humanidad’ sin temblarle el pulso, y a sabiendas que, en muchas ocasiones, iba a causar una gran polémica, o incluso exageradas críticas hacia él y, hacía la Iglesia.
Aún, así y todo, nos queda su legado, no solo como ‘Pontífice’, no podemos olvidar que no apareció de pronto, su trayectoria reflejada en su biografía y analizada concienzudamente nos dirá como un ‘Hombre’ sobre todo ¡espiritual!, llegó a ser la cabeza visible de la Iglesia Católica en el ‘Mundo’, y referente, incluso, para una importante parte de indecisos ‘in-creyentes’.
Rezo, y les ruego lo hagamos juntos, porque ahora quien necesita todo el apoyo y el cariño es él. El no poder finalizar la misión, encomendada -al final- por el ‘Espíritu Santo’, tiene que ser una aplastante carga, para quien ha dedicado toda su vida a ‘AMAR’ a todos los seres humanos. Un ‘Pontífice’ renuncia libremente, y ello, ya nos orienta hacia que extraordinario ser humano es Joseph Ratzinger. Perdemos a un excelente guía teológico. ¡Ganamos! a un hermano ‘espiritual’ que continuará rezando por nosotros y obsequiándonos su ‘AMOR’. ¡Gracias Santidad!, y que sus horas de meditación y oración sean escuchadas atentamente por ‘ABBA’ (papi en arameo).
Dr. Alberto Griñén
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