A SU SANTIDAD, EL PAPA BENEDICTO XVI.
Santo Padre: al acercarse la hora en
que, por voluntad propia, su santidad ha decidido finalizar el ministerio
petrino que, con ejemplar dedicación y gran acierto pastoral, ha ejercido al
frente de la iglesia durante casi ocho años,
En nombre propio y de esta diócesis
de San Cristóbal de La Laguna, en las Islas Canarias, al frente de la cual me
puso su santidad el 29 de junio de 2005, le expresamos nuestro más profundo
reconocimiento y gratitud por su labor que tanto bien ha hecho, y estamos
seguros que seguirá produciendo abundantes frutos, en la Iglesia y en el mundo
entero.
Damos gracias a Dios por su persona
y su ministerio. En su santidad se ha reflejado la imagen de Cristo el buen
pastor. Gracias por su energía y paciencia ante las dificultades. Gracias por
su generosa y sacrificada entrega. Gracias por sus enseñanzas y sus valientes
decisiones. Gracias por su testimonio de discípulo y misionero de Cristo.
Sabemos que al renunciar no se
desentiende de la Iglesia y que cumplirá su promesa: “por lo que a mí respecta,
también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de
Dios con una vida dedicada a la plegaria”. Por eso, confiamos que tendrá
presente en sus oraciones a esta Iglesia diocesana.
Pedimos al Señor que le bendiga con toda clase de
bienes, que le conceda larga vida y salud, que llene de paz y alegría su corazón. Encomendamos esta nueva
etapa de su vida, “a aquel que tiene poder para realizar todas las cosas
incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar, conforme al poder que
actúa en nosotros. a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las
generaciones y todos los tiempos. Amén” (ef. 3,20-21).
Con todo afecto, suyo en Cristo,
† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo de San Cristóbal de La Laguna
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