domingo, 24 de febrero de 2013

GRACIAS, BENEDICTO XVI



El obispo Nivariense reitera este domingo, desde las páginas de El Día su gratitud por el ministerio pastoral de Benedicto XVI, quien precisamente, le nombró en 2005 obispo de esta diócesis. El prelado introduce con algunas palabras de esta misiva un nuevo cuadro de José Carlos García:
Con este nuevo cuadro, después del que hizo para el Obispado, José Carlos Gracia ofrece su reconocimiento y sentido homenaje a la figura del Papa Benedicto XVI, ahora que está a punto de finalizar su pontificado.
A  las 10’07 de la mañana del pasado 11 de febrero, recibí un mensaje con la noticia de la renuncia del Papa al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro. Estaba en Garachico con un grupo de sacerdotes. De entrada no me lo creí. Poco después pude confirmar la información y, a las 10’40, la oficina de prensa del obispado grabó mis primeras declaraciones ante un hecho tan excepcional. Estas fueron sustancialmente mis palabras:

“En la mañana de hoy el Santo Padre Benedicto XVI ha anunciado su renuncia de su ministerio al frente de la Iglesia. Es una decisión que, por lo menos a mí, me ha cogido de sorpresa, no lo esperaba de ninguna de las maneras. Pero, como se desprende de sus palabras, pienso que es un acto de responsabilidad para el bien de toda la Iglesia, porque él considera que sus fuerzas y salud no le permiten estar al frente de la misma.
Esta decisión del Papa está contemplada en el Derecho Canónico y, por tanto, no es algo que se salga de las normas que regulan la organización eclesiástica. Me parece un acto de gran libertad y de profundo amor a la Iglesia por parte del Papa. A él nunca lo hemos visto como alguien apegado al poder, sino todo lo contario, asumiendo la “grandeza del pontificado” con gran humildad y como un acto de servicio. Asumió con espíritu de sacrificio la elección que hicieron los cardenales para que presidiera la Iglesia y ha cumplido fielmente la misión durante estos años, pero ha llegado un momento en que sus fuerzas no le permiten seguir.
En este momento tengo que manifestar mi respeto y admiración por el Papa, por su ministerio y también por su decisión, que me parece un acto de valentía y libertad. Ahora debemos hacer lo que él nos pide: en estos momentos encomendemos la Iglesia al Señor. El próximo 28 de febrero, a las ocho de la tarde, queda vacante al Sede de Pedro y, por tanto, lo que nos queda es rezar al Señor y a la Virgen para que los cardenales, a la hora de elegir al nuevo Papa, se dejen guiar por el Espíritu Santo y busquen siempre el bien de la Iglesia. En fin, pido a todos los diocesanos que demos gracias a Dios por el ministerio del Papa Benedicto XVI y, al mismo tiempo, encomendemos al Señor el futuro del nuevo Papa que salga elegido”
A lo largo de estos días se han sucedido las declaraciones, opiniones y comentarios de todo tipo, tanto sobre la inesperada renuncia, como sobre lo que ha supuesto el pontificado de Benedicto XVI a lo largo de ocho años. Ciertamente, una figura universal como la del Papa, ante la decisión que acaba de tomar, no puede menos que suscitar todo tipo de especulaciones y ponderaciones sobre las razones que le han movido a dar este paso. Yo me reitero en mi primera declaración: ateniéndome a sus palabras, y no tengo por qué dudar de su rectitud y sinceridad, creo que su renuncia “es un acto de amor a la Iglesia”.
En lo personal, siempre guardaré en mi recuerdo y en mi corazón que fue Benedicto XVI quien tuvo a bien nombrarme obispo de esta Diócesis Nivariense el 29 de junio de 2005, así como nunca podré olvidar su cercanía y sencillez en las tres ocasiones que he tenido oportunidad de hablar personalmente con él.
Gracias, Benedicto XVI, por tu generosa y sacrificada entrega. Gracias por tus enseñanzas y tus valientes decisiones. Gracias por el ejemplo de tu vida. En tu ministerio al frente de la Iglesia se ha reflejado la imagen de Cristo, el Buen Pastor. Sabemos que al renunciar no te desentiendes de la Iglesia y que cumplirás tu promesa: “Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”.

† Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense

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