El obispo Nivariense reitera este domingo, desde las páginas de El Día su gratitud por el ministerio pastoral de Benedicto XVI, quien precisamente, le nombró en 2005 obispo de esta diócesis. El prelado introduce con algunas palabras de esta misiva un nuevo cuadro de José Carlos García:
Con este nuevo
cuadro, después del que hizo para el Obispado, José Carlos Gracia ofrece su reconocimiento
y sentido homenaje a la figura del Papa Benedicto XVI, ahora que está a punto
de finalizar su pontificado.
A las 10’07 de la mañana del pasado 11 de
febrero, recibí un mensaje con la noticia de la renuncia del Papa al ministerio
de Obispo de Roma, sucesor de San Pedro. Estaba en Garachico con un grupo de
sacerdotes. De entrada no me lo creí. Poco después pude confirmar la información
y, a las 10’40, la oficina de prensa del obispado grabó mis primeras
declaraciones ante un hecho tan excepcional. Estas fueron sustancialmente mis
palabras:
“En la mañana de
hoy el Santo Padre Benedicto XVI ha anunciado su renuncia de su ministerio al
frente de la Iglesia. Es una decisión que, por lo menos a mí, me ha cogido de
sorpresa, no lo esperaba de ninguna de las maneras. Pero, como se desprende de
sus palabras, pienso que es un acto de responsabilidad para el bien de toda la Iglesia,
porque él considera que sus fuerzas y salud no le permiten estar al frente de
la misma.
Esta decisión del
Papa está contemplada en el Derecho Canónico y, por tanto, no es algo que se
salga de las normas que regulan la organización eclesiástica. Me parece un acto
de gran libertad y de profundo amor a la Iglesia por parte del Papa. A él nunca
lo hemos visto como alguien apegado al poder, sino todo lo contario, asumiendo
la “grandeza del pontificado” con gran humildad y como un acto de servicio.
Asumió con espíritu de sacrificio la elección que hicieron los cardenales para
que presidiera la Iglesia y ha cumplido fielmente la misión durante estos años,
pero ha llegado un momento en que sus fuerzas no le permiten seguir.
En este momento
tengo que manifestar mi respeto y admiración por el Papa, por su ministerio y
también por su decisión, que me parece un acto de valentía y libertad. Ahora
debemos hacer lo que él nos pide: en estos momentos encomendemos la Iglesia al
Señor. El próximo 28 de febrero, a las ocho de la tarde, queda vacante al Sede
de Pedro y, por tanto, lo que nos queda es rezar al Señor y a la Virgen para
que los cardenales, a la hora de elegir al nuevo Papa, se dejen guiar por el
Espíritu Santo y busquen siempre el bien de la Iglesia. En fin, pido a todos
los diocesanos que demos gracias a Dios por el ministerio del Papa Benedicto
XVI y, al mismo tiempo, encomendemos al Señor el futuro del nuevo Papa que
salga elegido”
A lo largo de estos
días se han sucedido las declaraciones, opiniones y comentarios de todo tipo,
tanto sobre la inesperada renuncia, como sobre lo que ha supuesto el
pontificado de Benedicto XVI a lo largo de ocho años. Ciertamente, una figura
universal como la del Papa, ante la decisión que acaba de tomar, no puede menos
que suscitar todo tipo de especulaciones y ponderaciones sobre las razones que
le han movido a dar este paso. Yo me reitero en mi primera declaración:
ateniéndome a sus palabras, y no tengo por qué dudar de su rectitud y
sinceridad, creo que su renuncia “es un acto de amor a la Iglesia”.
En lo personal,
siempre guardaré en mi recuerdo y en mi corazón que fue Benedicto XVI quien
tuvo a bien nombrarme obispo de esta Diócesis Nivariense el 29 de junio de
2005, así como nunca podré olvidar su cercanía y sencillez en las tres ocasiones
que he tenido oportunidad de hablar personalmente con él.
Gracias, Benedicto
XVI, por tu generosa y sacrificada entrega. Gracias por tus enseñanzas y tus
valientes decisiones. Gracias por el ejemplo de tu vida. En tu ministerio al
frente de la Iglesia se ha reflejado la imagen de Cristo, el Buen Pastor.
Sabemos que al renunciar no te desentiendes de la Iglesia y que cumplirás tu
promesa: “Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de
todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
† Bernardo Álvarez
Afonso
Obispo
Nivariense
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