domingo, 24 de febrero de 2013

EL SEÑOR ME LLAMA A 'SUBIR AL MONTE'

Segundo domingo de Cuaresma. Mediodía en Roma. Cielo azul sobre un mar humano congregado en la Plaza de San Pedro para rezar con Benedicto XVI en el ultimo Ángelus de su pontificado. El Evangelio del día al centro de la reflexión del Papa. “El tiempo cuaresmal nos enseña a disponer el tiempo justo a la oración personal y comunitaria, dando así respiro a nuestra vida espiritual” meditó el Santo Padre, enfatizando que “la oración no es un aislarse del mundo y de sus contradicciones”, como hubiese querido hacer Pedro sobre el monte Tabor. Reconociendo también que la oración “conduce a la acción”, el Pontífice confesó: “Esta Palabra de Dios la siento dirigida particularmente a mí, en este momento de mi vida. El Señor me llama a ‘subir al monte’, para dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar la Iglesia, por el contrario, si Dios me pide esto, es justamente para que yo pueda continuar sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de una manera más adecuada a mi edad y a mis fuerzas”. Al final de la alocución mariana Benedicto XVI agradeció en diferentes idiomas los numerosos testimonios de afecto, cercanía y oraciones que le están llegado en estos días de todas partes del mundo. (RC - RV).

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