miércoles, 27 de febrero de 2013

DECRETO EPISCOPAL ANTE EL INICIO ESTE JUEVES DE LA SEDE VACANTE



Don BERNARDO ÁLVAREZ AFONSO, por la Gracia de Dios y de la Sede Apostólica, Obispo de San Cristóbal de La Laguna, Tenerife.

Ante el hecho de que mañana día 28 de febrero, a las 20 horas de Roma (19, hora canaria), quedará vacante la Sede de Roma, por la renuncia de nuestro amado Papa Benedicto XVI, entrando en un tiempo de Sede Vacante y a la espera de acoger al que viene en el nombre del Señor para ser Vicario de Cristo.
Pensando en orientar la vida pastoral de esta Iglesia Diocesana, para el tiempo de Sede vacante establezco lo que sigue:
1.      A partir de las 19 horas de mañana 28 de febrero, no se nombrará al Papa en la plegaria de la Misa, en el rezo de la Liturgia de la Horas, o en cualquier otra oración referida al Papa. Sólo se nombra al Obispo Diocesano y al Colegio Episcopal.
2.      Las normas litúrgicas permiten, con decreto del obispo, celebrar misas votivas en las ferias del tiempo de Cuaresma; por lo cual, mando que se celebre, al menos dos días, la Misa “Para elegir a un Papa o a un Obispo”, recogida en el Misal Romano, en “Misas por diversas necesidades”, n. 4.
3.      Dentro de todas las Misas, de las demás celebraciones, así como en el rezo de la Liturgia de las Horas y demás oraciones, se hará una petición por el próximo Papa y por el Colegio de los Cardenales que tiene como misión elegirlo, para que Dios, nuestro Señor, le dé la luz necesaria para elegir según la voluntad de Dios.
4.      Pido a las comunidades y personas de Vida Consagrada, y de un modo especial a las religiosas y religiosos de vida contemplativa, que intensifiquen su plegaria por la misma intención.
5.      Del mismo modo, pido a todos los fieles de esta diócesis que, de modo particular, recen por el próximo Sucesor de San Pedro; ofrezcan, especialmente los enfermos, sus dolores y sufrimientos por la Iglesia y por el Papa. Y todos vivamos en una actitud de auténtica comunión con la Iglesia y con el Vicario de Cristo, del que no sabemos el nombre, pero por el que ya sentimos afecto filial y nos adherimos en la obediencia de la fe.
Una vez que se conozca la elección del nuevo Santo Padre,
1.      Todas las campanas de la diócesis repicarán con aires de fiesta en señal de acogida y adhesión a la persona del nuevo Papa, expresión de la alegría de toda la Iglesia.
2.      Inmediatamente, en la Plegaria eucarística y en las oraciones que así lo establecen, se nombrará al nuevo Papa.
3.      En su momento se anunciarán las Misas de acción de gracias.
Como nos pidió el Santo Padre Benedicto XVI al manifestar su renuncia, “ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice”.

Dado en San Cristóbal de La Laguna, a 27 de febrero de dos mil trece.



 Bernardo Álvarez Afonso
    Obispo Nivariense

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