(RV).- Al final de esta semana tan intensa espiritualmente, queda solo
una palabra ¡gracias! Dijo Benedicto XVI, al concluir su pontificado y
los ejercicios espirituales, en el Vaticano, alentando a ser testimonios
de la Verdad, que es bella, que es Amor. Expresando su gratitud a la
comunidad orante en escucha, que le ha acompañado a lo largo de esta
semana. Agradeciendo, en primer lugar, al presidente del Pontificio
Consejo para la Cultura, Card. Gianfranco Ravasi, por las reflexiones -
‘las caminatas’ – dijo el Papa tan bellas en el universo de la fe, en el
universo de los Salmos.
Al final, queridos amigos, quisiera agradecer a todos. Y no
sólo por esta semana, sino por estos ocho años, en los que han llevado
conmigo - con gran competencia, afecto, amor y fe - el peso del
ministerio petrino. Queda en mí esta gratitud y aunque ahora termine,
permanece una profunda comunión en la oración. Con esta certeza sigamos
adelante, seguros de la victoria de Dios, seguros de la Verdad, de la
belleza y del amor ¡Gracias a todos!
«Quedamos agradecidos porque la Palabra de Dios
nos ha vuelto a hablar, una vez más, con nuevo vigor», destacó el Santo
Padre, tras hacer hincapié en la fascinadora riqueza, profundidad y
belleza de este universo de la fe.
Con el hilo conductor de estos ejercicios espirituales «arte de creer, arte de rezar», el Papa recordó que los teólogos medievales tradujeron la palabra ‘Logos’ no sólo con ‘Verbum’, sino también con ‘ars’: ‘verbum’’ y ‘ars son intercambiables – dijo, añadiendo que «sólo con las dos juntas aparece, para los teólogos medievales, todo el significado de la palabra ‘Logos’. ‘Logos’ no es sólo una razón matemática: el ‘Logos’ tiene un corazón; el ‘Logos’ Es también amor, reiteró Benedicto XVI, recordando asimismo que el maligno intenta siempre contradecir a Dios:
La verdad es bella. Y la verdad y la belleza caminan juntas: la belleza es el sello de la verdad. Y sin embargo, usted, a partir de los Salmos y de nuestra experiencia de cada día, ha subrayado con firmeza que el ‘muy bueno’ del sexto día - expresado por el Creador – es contradicho permanentemente por el mal de este mundo, por el sufrimiento, por la corrupción. Casi como si el maligno quisiera ensuciar permanentemente a la creación, para contradecir a Dios y para hacer irreconocible su verdad y su belleza.
En un mundo tan marcado también por el mal, el Hijo encarnado, el ‘Logos’ encarnado es coronado con una corona de espinas y sin embargo, precisamente por ello, en esta figura sufriente del Hijo de Dios, comenzamos a ver la belleza más profunda de nuestro Creador y Redentor, podemos, en el silencio de la ‘noche oscura’ escuchar la Palabra, destacó el Papa renovando una vez más, como viene haciendo desde el comienzo de su Pontificado, un llamamiento a la esperanza, seguros de la victoria de Dios, y agradeciendo la cercanía de sus colaboradores:
Y creer no es otra cosa que, en la oscuridad del mundo, tocar la mano de Dios y así, en el silencio, escuchar la Palabra y ver el amor. Eminencia, gracias por todo y sigamos caminando ulteriormente en este misterioso universo de la fe, para ser cada vez más capaces de orar, de rezar, de anunciar, de ser testimonios de la Verdad, que es bella, que es Amor.
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