El desarrollo de esta cuestión centró el retiro espiritual que dirigió el obispo en la sede catedralicia la mañana de este sábado. Monseñor Álvarez se respondía a esta interpelación desde la Escritura: Un corazón y un espíritu nuevos. El prelado Nivariense dividió en dos partes su meditación. Una primera más centrada en la purificación y, la segunda, invitando a intensificar la vida cristiana.
En su primera intervención, el obispo recordaba la pertinencia de sintonizar con lo que Dios quiere para nosotros, para lo cual es importante creer que la conversión de cada uno es posible, como también lo es la de 'los otros'. Confiar en el poder de Dios, tener fe en que un cambio es posible en nosotros y en los demás, puesto que Dios llama a la puerta de cada uno y lo que nos toca a nosotros es abrirle de par en par la vida y el corazón. En esta línea recordaba el lema de la cuaresma en la diócesis: Sí, renuncio, que actualizaba la solemne renovación de las promesas bautismales que se realizará en la Vigilia Pascual.
La segunda meditación del obispo estuvo inspirada en el mensaje del Santo Padre para esta cuaresma: "Creer en la caridad suscita caridad". Desde el texto de la primera carta de Juan: "Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él", Álvarez desarrolló algunos aspectos del mensaje de Benedicto XVI centrado en la unidad entre la fe y la caridad, puesto que la cuaresma nos invita a a alimentar la fe y, al mismo tiempo, a crecer en la caridad, en el amor a Dios y al prójimo.
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