sábado, 2 de febrero de 2013

DEJARNOS ILUMINAR POR JESUCRISTO



En una mañana soleada y acompañada de una agradable brisa, se ha celebrado el día de la Virgen de Candelaria en una basílica abarrotada de fieles y de numerosos representantes públicos. Entre ellos se encontraba el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, el presidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, el alcalde de Candelaria, José Gumersindo García, el vicepresidente primero del Parlamento y las principales autoridades militares. 


 Tras el traslado del escudo de la Villa Mariana desde el ayuntamiento a la basílica, comenzaba esta solemne celebración en la fiesta litúrgica de la Presentación del Señor en el templo.

 "Dejarnos iluminar por Jesucristo". Esta ha sido la principal propuesta realizada por el Obispo en la Misa. El mismo empezó su homilía preguntando por qué todos los años celebramos esta Eucaristía con las mismas lecturas, con la misma procesión, etc. “¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Qué celebramos en esta fiesta? El prelado expuso que estábamos en el día de  la Presentación de Jesús en el Templo. Un anciano y una anciana, como Simeón y Ana, descubrieron que aquel niño, no era un niño cualquiera.” 


 Bernardo Álvarez afirmó en otro momento que "Jesús brilla sobre nosotros y nos quiere iluminar", pero ¿necesitamos ser iluminados, queremos ser iluminados por Él- se preguntó. Para el prelado nivariense Cristo nos ilumina con su amor y su entrega hasta dar la vida. Para verificar si estamos siendo iluminados efectivamente por Jesús invitó a los presentes a preguntarse si "vamos adquiriendo el pensamiento, los sentimiento y el comportamiento de Jesucristo”.

“¿Y nosotros? ¿Queremos ser iluminados por él? – enfatizó Álvarez, para proseguir recordando que - todos sabemos que este mundo necesita la salvación, lo cual pasa por sanar  el corazón. El sol no puede hacer efecto en nosotros si no nos ponemos ante él. Lo mismo ocurre con  Cristo, con quien hemos de entrar en contacto. “Para ser mejores, primero hay que sanar nuestros corazones”, dijo.

Por último, el prelado señaló que la luna no tiene luz propia, brilla por el reflejo de la luz del sol. “Lo mismo ocurre con nosotros, no tenemos luz propia, sino que debemos reflejar la de Cristo”, como hizo María.
Al finalizar la Misa se dio paso la procesión alrededor de la plaza de la Patrona.

Escucha la homilía.
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