miércoles, 13 de febrero de 2013

"SE HA DESGASTADO POR AMOR A LA IGLESIA"

A mediodía me avisan del gran revuelo que había con la noticia de la renuncia de Benedicto XVI. Lo primero que me pasa por la cabeza es que lo que me dicen es falso, ¿cómo va a renunciar el Papa? A los pocos minutos cuando confirmo la noticia mirando la prensa local italiana y la internacional, surgen otras preguntas: ¿Y ahora qué? ¿Qué es lo que ha pasado? 

Lo que ha pasado lo resumo diciendo que tenemos (y hablo en presente) un Santo Padre enamorado de la Iglesia. Por amor a la Iglesia, se ha desgastado, se ha entregado a sí mismo. En estos 3 años en Roma he podido ser testigo de cómo Benedicto XVI iba entregando toda su fuerza al servicio de la evangelización; he sido testigo del desgaste, y de cómo él mismo se ha referido al peso que llevaba en sus hombros. 

No lo veo como una retirada cobarde, sino es un acto de gran valentía. Timonear la Barca de la Iglesia, requiere esta valentía, de saber cuándo ha llegado la hora de dejar el timón, no para dejarnos a la deriva, sino para que nuevas manos nos sigan llevando. 

Si el domingo leíamos la vocación de Pedro, el lunes Pedro (Benedicto XVI) dando un sí a Dios manifestaba no estar aferrado a nada de esta tierra, amar profundamente a la Iglesia y saber que su misión había sido cumplida. Ahora toca rezar, como él mismo nos pedía, que es a lo que Benedicto XVI precisamente consagrará lo que resta de su vida. 

Esteban Vera Barroso

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