miércoles, 13 de febrero de 2013

"UN HOMBRE DE INTELECTO, CORAZÓN Y ESPÍRITU EXTRAORDINARIOS"


Las cosas de Dios han querido que tres presbíteros de nuestra Diócesis de Tenerife, coincidieran en Roma el día en el que S.S. Benedicto XVI hizo pública su decisión de renunciar al ministerio petrino. A ellos, les hemos pedido que compartan con todos nosotros su singular experiencia en aquel momento y desde aquel lugar.

Cuando el Cardenal Joseph Ratzinger fue elegido sucesor de Pedro, me sorprendió. Recuerdo, perfectamente la expresión que exteriorizó mi corazón. Ayer, cuando se hizo pública la decisión de su renuncia, la sorpresa fue mayor. Su gesto de libertad y generosidad, le honra. Un signo más de su amor y servicio a la Iglesia. Una mente brillante y un profundo espíritu libre, que es consciente que hay algo mayor y más importante que uno mismo, que es Cristo y la Iglesia. 

Mi hábitat natural en este curso es la habitación 304 del pabellón de San Pedro, en el Colegio Español de San José en Roma. Aquí tengo todo el material de estudio y es donde más y mejor me concentro para trabajar. Los lunes, por horarios del propio Colegio, tengo que trasladarme a la biblioteca, donde paso la mañana. 

A eso del mediodía, el silencio casi sagrado que suele reinar, se rompe. “El Papa ha renunciado”. Lo primero, risas incrédulas, pero al instante el navegador de cada ordenador visitó diferentes páginas que confirmaban la notica. Llamadas y mensajes que no han cesado hasta hoy, y las preguntas más frecuentes como ¿puede hacerlo? ¿se han dado más casos? ¿y ahora quien será el próximo Papa? 

Aun no se como ha sido la reacción de la ciudad ya que no he bajado hacia el centro. En el Colegio, un ilusionante alboroto, por la novedad de la situación, por la posibilidad de asistir a un Cónclave y a una Fumata Blanca en la ciudad de los Cónclaves y de las Fumatas Blancas. 

Inevitablemente, también entre nosotros, surgen las suposiciones y “apuestas”. Sinceramente, me gustaría que el Espíritu volviera a sorprenderme como aquel 19 de abril de 2005, cuando comenzó un Pontificado extraordinario, por un hombre de intelecto, corazón y espíritu extraordinarios, Benedicto XVI. 

José Manuel García Matos

No hay comentarios: